El martes 08-06-2010 se observó una movilización característica en las instalaciones petroleras de PVDSA en la Costa Oriental del Lago y de la Costa Oeste, se corre la voz, se trata esta vez de defender la revolución ante los ataques de la oligarquía y el imperialismo ante la campaña mediática de la “supuesta existencia” de 80.000 toneladas de alimentos descompuestos en miles de contenedores en todo el territorio nacional.
Bajo la consigna “Todos al Domo Bolivariano de Cabimas” se organizó la asistencia del personal petrolero, el cual constó con la asistencia del Presidente de PDVSA y Ministro de Energía y Minas. Ahora bien no es la primera vez que se conmina al trabajador petrolero a actos gubernamentales, cuando las expropiaciones en mayo 2009, para los desfiles militares del 19 de abril 2010, o para las innumerables marchas a Caracas son obligados a apoyar las arengas presidenciales, so pena de ser visto como enemigo del proceso.
Desde la nacionalización en 1976 jamás hubo tal nivel de partidización y de clientelismo político, de represión generalizada de la gerencia contra el personal, tanto de contratistas, como de PDVSA, más allá de la típica palanca criolla la estabilidad laboral dependía sobre todo del conocimiento de un oficio, por sencillo que fuera y no de la pertenencia a un carnet partidista. Aún cuando hubo el mercantilismo de las cuestionadas cartas de empleo.
Esa mañana del martes 08-06 comenzó desde muy temprano con las órdenes supervisoras en los muelles y talleres centrales de Lagunillas, en los muelles de Tía Juana; en talleres centrales de la Salina. Es habitual cuando se asiste a la jornada de trabajo, en esta oportunidad más de 7.000 trabajadores fueron carreteados a un acto político de asistencia obligatoria, trajeados con los colores y símbolos del régimen, como si estuvieran en presencia del mundial de futbol.
Por coincidencia estando en el terminal del centro cívico de Cabimas, al momento de salida del evento, pude constatar la indignación de numerosos trabajadores quienes manifestaron su rechazo a estos eventos y la obligatoriedad a asistir marcados por sus jefes, con amenazas a sus puestos de trabajo. Estos trabajadores trajeados a la fuerza de rojo se niegan a ser camisas pardas o camisas negras; simplemente humillados presenciaron un acto bochornoso, de un Presidente de PDVSA protegido por el Presidente de la República.
Quien en tono soberbio y embriagado de poder pretende esconder lo imposible y es la podredumbre y la corrupción que rodea su gestión. Cuando manifiesta “designé a mis mejores hombres a PDVAL”, sabemos por que PDVSA está en las condiciones de ruina y desidia. Lo imperdonable entre tantos imponderables es que se utilice el poder y la complicidad de la FUTPV para obligar a miles de trabajadores a justificar la gestión más oprobiosa que hayamos conocido en nuestra historia republicana.
http://www.analitica.com/va/economia/opinion/8461003.asp
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