El candidato oficialista, Juan Manuel Santos, logra el 69% de los votos, frente al 27,6% de su rival Antanas Mockus.- "Que oigan los terroristas y que oiga el mundo, a las FARC se les agotó su tiempo", ha asegurado.
Los pronósticos se cumplieron y Juan Manuel Santos, candidato del oficialista Partido de la U (Unidad Nacional), se convertirá en el próximo presidente de Colombia a partir del 7 de agosto. Santos, ex ministro de Defensa de Álvaro Uribe y depositario de su legado político, arrolló con un 69% de los votos. Su rival, el matemático Antanas Mockus, del Partido Verde, se quedó en un 27,6%. El Mundial de Fútbol y los aguaceros que castigaron a la mayor parte del territorio desalentaron la participación, que llegó al 44%, cinco puntos menos que en la primera vuelta, el pasado 30 de mayo. La guerrilla ensangrentó la jornada al matar a siete policías en una emboscada.
Tras conocer su arrollador triunfo, Santos ha pronunciado un discurso en el que propuso a Venezuela y Ecuador "abrir caminos de cooperación", a las FARC les ha advertido que "se les agotó el tiempo" y ha pedido el apoyo de todas las fuerzas políticas, incluido el Partido Verde, para sacar adelante un Gobierno de "unidad nacional".
El mensaje del presidente electo a sus vecinos tiene una especial relevancia ya que Ecuador rompió relaciones con Colombia en marzo de 2008 tras el bombardeo a un campamento de las FARC ubicado en su territorio, mientras que Venezuela las "congeló" en 2009 a raíz del polémico acuerdo militar firmado entre los Gobiernos de Bogotá y Washington.
"Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos", ha remarcado, según Efe, al matizar que en las "relaciones conflictivas siempre hay dos alternativas: mirar con amargura hacia el pasado o abrir caminos de cooperación hacia el futuro".
Con casi nueve millones de sufragios, Santos se ha convertido en el candidato presidencial más votado del último medio siglo, informa Maite Rico. Y con semejante votación, el margen de maniobra del nuevo presidente va a ser muy amplio. Cuando aún se recontaban las últimas papeletas, abrigado por miles de seguidores en el coliseo bogotano de El Campín, el nuevo presidente colombiano quiso rendir tributo a Uribe, "uno de los mejores presidentes en dos siglos de vida republicana".
Santos ha echado mano de sus palabras más contundentes para referirse a la guerrilla. "Que oigan los terroristas y que oiga el mundo, a las FARC se les agotó su tiempo. Colombia está saliendo de su pesadilla del secuestro
y la violencia; mientras insistan en sus métodos terroristas, mientras insistan en atacar al pueblo colombiano no habrá dialogo y las seguiremos enfrentando con toda la dureza, con toda la firmeza", ha afirmado Santos en sus primeras palabras.
También les ha exigido liberar a todos los secuestrados y les ha dicho que su Gobierno mantendrá "abiertas las puertas de la reinserción", de lo contrario actuará con firmeza porque, como recordó: "los colombianos saben bien que yo sé como combatirlos".
Mockus: "Hoy empezamos a cambiar Colombia"
El resultado de Mockus, ex alcalde de Bogotá, tampoco es desdeñable: con 3,5 millones de votos, ha logrado aumentar en un 6% el caudal de la primera vuelta, y eso a pesar de su decisión de no aceptar alianzas políticas y de suscitar, con su rechazo, la animadversión del Polo. Fiel a su principio de independencia, Mockus apeló al voto ciudadano con un campaña de pocos medios y mucha imaginación, que ha contrastado con la sofisticada maquinaria electoral del candidato oficialista. Y el resultado obtenido supone una buena base para consolidar una plataforma que ha fermentado en apenas seis meses, y en la que participan otros tres ex alcaldes tan brillantes como inclasificables: Sergio Fajardo, de Medellín, y Enrique Peñalosa y Lucho Garzón, artífices junto a Mockus de la gran transformación de Bogotá.
En un discurso tempranero, Mockus felicitó a su contrincante, confirmó la vocación de permanencia del Partido Verde y anunció los principios de su relación con el nuevo Gobierno: "independencia y deliberación". "Apoyaremos lo bueno y nos opondremos a lo malo, con un intercambio de argumentos libre de presiones", dijo. "Podemos ayudarnos mutuamente a ser mejores". "Hoy", concluyó, "empezamos a cambiar a Colombia".
Los dos rivales, de 58 años y excelente preparación, representaban dos opciones muy diferentes, pero también complementarias. Santos, economista y abogado, encarna la continuidad de la gestión de Álvaro Uribe, cuya política de seguridad democrática devolvió al Estado el control de un país secuestrado por los grupos armados. La seguridad ya no es la principal preocupación de los colombianos, y el programa de Santos se centra en la economía, en el combate a la pobreza y a la precarización laboral, y en el desarrollo de infraestructuras.
Mockus ha puesto énfasis en la moralización de la vida pública, la lucha contra la corrupción endémica y el respeto a la legalidad. Este filósofo y matemático abandera una visión muy pedagógica de la política, convencido de que se pueden cambiar los comportamientos ciudadanos, como lo demostró en su etapa como alcalde de Bogotá (1995-1997 y 2001-2003).
Santos se ha rodeado de un equipo de perfil muy tecnócrata, formado por expertos de prestigio. Como compañero a la vicepresidencia lleva a Angelino Garzón, veterano sindicalista y hábil negociador, que ya ha arrastrado para la causa a una de las principales organizaciones obreras.
Las FARC dejan su firma
A pesar de que la guerrilla está acorralada, no pierde oportunidad para dejar su marca en los procesos electorales, y ayer ensangrentó unos comicios que han sido los más tranquilos en treinta años. Al menos siete policías murieron a mediodía en una emboscada en el departamento Norte de Santander (fronterizo con Venezuela), cuando el camión en el que viajaban fue emboscado cerca de la localidad de Tibú. En esa región actúan tanto el Ejército de Liberación Nacional (ELN) como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los agentes acudían a investigar el asalto a un colegio electoral, donde un grupo armado había quemado las papeletas, cuando dos artefactos explosivos fueron activos al paso de su vehículo.
En Meta se registraron enfrentamientos entre el Ejército y las FARC, que dejaron tres militares muertos. Este grupo armado había colocado además dos bombas en Caquetá, que fueron desactivadas. Unos 350.000 efectivos de los cuerpos de seguridad se desplegaron por todo el país.
http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/1589796.asp
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