PorCaracas. Enviada Especial
De la mano de sus dos hijas, rodeado de médicos, enfermeros y del canciller Nicolás Maduro –todos de estricto jogging–, Chávez paseó entre las acacias tupidas. Jugó a los soldados haciendo de cuenta que las vainas gigantes de este árbol eran espadas. Su contrincante era su ministro de Relaciones Exteriores. A él y al resto, le contó anécdotas de su infancia cuando hacía lo mismo en los recreos escolares.
El estado de salud del líder bolivariano es una cuestión de Estado y despierta el interés de muchas personas en el mundo, una de ellas es Diego Armando Maradona, quien –según contó Maduro– está en contacto permanente con La Habana.
Mirando el ventanal gigante de su habitación, Chávez también pensó el discurso de 15 minutos en el que informó –el jueves– que estaba recuperándose de una segunda operación. En ella le extirparon un tumor cancerígeno por completo, informó a través de la cadena nacional. Maduro fue el encargado ayer de asegurar que no habían quedado más células enfermas en ninguna parte del cuerpo del “comandante-presidente”.
Lo hizo para desmentir los rumores de metástasis que siguen circulando en Caracas.
Las distintas versiones del discurso –que impactó a toda Venezuela–, las tipeó “con dos dedos” su hermano mayor y posible candidato a su sucesión, Adán (58), y las fueron releyendo Maduro, sus dos hijas y también Fidel Castro. Después, Chávez las corrigió. Fue Maduro quien contó los detalles de la rutina que Chávez hace en La Habana. Chávez volcó toda su disciplina militar a recuperarse, explicó Maduro. “Tiene una dieta estricta. El Comandate Fidel está encima de esa dieta”, dijo el canciller.
Sucede que “en estos años de recuperación física, el Comandante Fidel ha experimentado estudios científicos sobre el tema de la alimentación y su impacto en el cuerpo humano. Le está pasando todo su conocimiento. El presidente –explicó Maduro– tiene quizás al mejor médico en Fidel, que le trasmite toda su bondad y todo su amor ”. Fue Fidel Castro, de acuerdo a lo que contó Chávez el jueves en su discurso, quien detectó que su molestia en la rodilla izquierda era algo más.
“Los ojos de águila de Fidel”, dijo, “detectaron mi malestar”. Inmediatamente, el líder cubano comenzó un “interrogatorio médico” a Chávez. El venezolano contestó o se “confesó como un paciente”. Ahí, se iniciaron los estudios que primero lo llevaron a una operación por un absceso pélvico, una infección que estaba a punto de convertirse en generalizada. Unos días después, los tests mostraron que había células cancerígenas en el mismo lugar. La segunda operación fue en ese misma área, que nunca informaron cuál era. Duró seis horas.
audio y video De la enviada especial en: www.clarin.com
Fuente: El Clarin
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