Cuando de género se trata…

Jacqueline González Rincones (@Jacogori en Twitter) CARACAS (infoCIUDADANO) 19/Juni0/2011

Explicamos en la columna anterior que es un barbarismo insistir en “usuarios y usuarias; ciudadanos y ciudadanas, todos y todas”, etc. Por si no lo sabía, los vocablos “usuarios, ciudadanos, todos”, etc., incluye a los dos géneros, tanto al femenino como el masculino. En nuestro idioma español y según la Real Academia Española (RAE), el masculino es el género no marcado y el femenino, el marcado; es decir, “ciudadanos”, incluye los dos géneros y el otro únicamente a las féminas.

Tal vez, debido a lo anteriormente explicado, frecuentemente se cree que no están aceptados términos en femenino, tales como presidenta, fiscala, concejala, jefa, etc. Esta opinión es errada y por tanto, debe usarse el género apropiado para referirse a las profesiones, actividades, títulos, etc., sobre todo cuando es muy común hoy en día, que las féminas ocupen cargos de importancia, los cuales en épocas pasadas, eran ejercidos casi exclusivamente por el llamado sexo fuerte, o sea, el masculino.

¿La presidenta? Sí, la presidenta

Pero los tiempos han cambiado, y actualmente es perfectamente aceptable decir, por ejemplo, “la presidenta”, aunque muchos insistan y (hasta reclamen) que no es correcto o simplemente digan: “¡Eso suena horrible!”.

Antiguamente, la presidenta se refería a un término poco usado y coloquial para reseñar, despectivamente, a la “mujer del presidente”. Igual caso con fiscala, concejala, gobernadora y otros parecidos.

Por consiguiente, algunas profesionales deben hacerse llamar por sus títulos o actividades en femenino: médicas, juezas, abogadas, concejalas, fiscalas, ingenieras, arquitectas, biólogas, toreras, músicas (sí, música, mujer quien ejerce o conoce el arte de la música, como instrumentista o compositora), por nombrar solamente algunas, debido a que actualmente las mujeres ejercen estas actividades de manera frecuente y habitual.

En este sentido, existen términos poco conocidos, pero aceptados como jefa, clienta, sirvienta, bedela, gerenta, cacica, sastra (mujer quien tiene por oficio cortar y coser vestidos, principalmente de hombre), intendenta, etc., todos admitidos por la Real Academia.

¿La soldada? No, la soldado

Ahora bien, existen sustantivos comunes en cuanto al género, o sea, pueden usarse indistintamente como masculinos o femeninos, tales como los grados militares. Ejemplos: el soldado / la soldado; el brigadier / la brigadier; el cabo / la cabo. Igual caso para teniente, coronel, alférez comandante, coronel, general.

Otros comunes en cuanto al género son: la/el periodista, la/el testigo, la/el dentista, la/el cónyuge, etc.

Por cierto, y sin querer salirnos del tema, siempre preguntan vía Twitter: ¿la o el calor? El calor, masculino. ¿La o el mar? Es ambiguo, puede ser “la mar” o “el mar”.

¿La abogado? No, la abogada

Pero aún existe una marcada resistencia a pronunciar o escribir; juezas, médicas, ingenieras, odontólogas, gerentas, etc. (aunque en el caso de jueza, puede decirse la juez también). Insisten en decir incorrectamente la abogado, la ingeniero, la odontólogo, etc. Muchos alegan que en sus títulos de la universidad así están impresos, y por consiguiente, como profesionales, no pueden llamarse de otra forma.

¿La ministro y la cancillera?

Es totalmente desatinado, decir “la ministro” o “señora ministro”, lo cual escuchamos frecuentemente en el ámbito político, en vez de lo correcto; la ministra o señora ministra.

Pero, en cambio, siempre la canciller, pues jamás debe decirse la cancillera.

Y hablando de términos femeninos, y aunque les parezca extraño, “giganta” es admitida por la RAE, como mujer de dimensiones descomunales.

Femenino vs. Masculino

Como dato curioso; originalmente cuando comenzó a utilizarse el término Internet, este era femenino, por su traducción del inglés al español (net – red), pero fue imposible que los usuarios la señalaran solamente como “la Internet”, y la mayoría la llamaba “el Internet”, por consiguiente la RAE consideró sanamente, enmendar ese término y convertirlo en ambiguo, es decir, usted puede decir tranquilamente la o el Internet, sin caer en duda alguna.

Por último, y disculpen (pero insistiré sin cansancio), aunque por supuesto debe respetarse el género femenino en cuanto a su carrera profesional, título y/o actividad, recuerde que debe evitarse el uso indiscriminado del lenguaje político, administrativo y periodístico que se observa al utilizar –erróneamente- los dos géneros: diputados y diputadas; médicos y médicas, jueces y juezas, cuando lo correcto debe ser; diputados, médicos y jueces, sustantivos de género masculino que se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, pero que igual comprende a las mujeres, quienes ocupan esos cargos.

Fuente: Infociudadano