A través de sus familiares, Ronald Rojas, el joven vigiense que fue señalado como presunto responsable de instigar en contra de la vida del presidente Hugo Chávez, mediante mensajes emitidos en algunas redes sociales, habla acerca de la difícil situación que enfrenta desde el Centro Penitenciario de la Región Andina (CPRA).
El joven expresa: “A siete días de haber sido privado de libertad por una conspiración entre una pugna política y las fauces de un sistema de justicia sórdido para los inocentes y confidentes de las arbitrariedades, hago profunda reflexión sobre cómo en fracción de segundos se destruye la moral y la reputación de un ser humano, causando además un dolor indescriptible a familiares, amigos y allegados”.
Prosigue en su escrito indicando que “hoy, entre suspiros, luego de haber agotado lágrimas que por instantes me dieron un alivio pasajero a la herida que tengo en el alma, comienzo a dudar si hice bien en haberme formado con valores y principios, y me doy cuenta de que haber estudiado y vencido el analfabetismo fue un daño que le hice a mi país.”
Más adelante, agrega: “A juzgar por lo que estoy sufriendo, pienso que debí haber sido delincuente, pues en mi nación la justicia parece estar diseñada para dar abrigo al deshonor. Cometí un gran pecado al comprometerme ideológicamente con un criterio que cada día se aleja más de lo que los revolucionarios de corazón han anhelado para este país. Creer en el proceso me ha salido caro. Ésta es la paga que recibo por confiar sagradamente en un Presidente que, quizás, desconoce el trágico destino de uno de sus seguidores”.
“A mis padres les debo lo que soy y a mi país le adeudo haber nacido en esta Patria grande. Lamento profundamente que en tiempos del modernismo los venezolanos representemos una sociedad esclava del idealismo, más que al patriotismo”, puntualiza Rojas.
Más adelante, se refiere al sitio de reclusión, en los siguientes términos: “En la cárcel, a diferencia de lo que juzgamos, existen personas buenas, excelentes ciudadanos y estoy sorprendido que aún entre delincuentes, la solidaridad y el respeto abundan, mucho más que allá afuera en nuestra sociedad. Aquí sí hay socialismo y no se conoce esa hipocresía que portan algunos que dicen ser socialistas”.
Afirma que “me encuentro triste y abatido. Me duele en el corazón que quienes dicen dar la vida por un país sin atraso y libertades coartadas, sean quienes me acusan. Burlándose de mi desgracia y bailando tango sobre mi inocencia”.
“Por ratos lloro; por ratos río. Lloro. Me doy cuenta que mi vida está en manos de la muerte: tras las rejas, porque escucho el silencio que brota de las cuatro paredes que me separan de mi familia. Y río cuando consigo descifrar la diferencia entre 100 años de soledad y un minuto en la cárcel”.
Finaliza Ronald Rojas señalando que “escribo al mundo para que éste sea testigo de una cruzada entre la calumnia y la verdad. Estoy naufragando en un sistema de justicia valiente para condenar al inocente y cobarde para cumplir con su deber”.
Cambio de Sigloqque
No hay comentarios:
Publicar un comentario