Del fútbol se puede decir lo que Carlos V decía de su reino, el sol no se oculta en el imperio del fútbol
El planeta se ha convertido en un balón de fútbol con la triple tanda de juegos en esta primera fase eliminatoria de los 32 equipos y 64 partidos.
Esta XIX Copa Mundial de Fútbol convocada por la FIFA cada cuatro años, agrupa más estados que las Naciones Unidas.
Los estadios de fútbol son las nuevas catedrales modernas, con el espectáculo religioso y multicultural. En los campos deportivos, por la televisión, la radio y la prensa se establece un verdadero diálogo entre culturas y civilizaciones donde la confrontación no genera víctimas ni daños materiales como en la guerra. El fútbol es el deporte y el juego más popular del planeta, constituye un factor de integración social dentro de los países y entre estados. Es un deporte de lenguaje universal con reglas simples y transparentes, tiene el lado aristocrático de los grandes equipos, pero también se juega entre los pobres de todas las naciones, hombres y mujeres lo practican.
En todos los tiempos y lugares, se ha practicado el juego de la pelota con el pie. De lo sagrado se pasó a lo profano, de lo aristocrático a lo popular. El fútbol es hoy el símbolo de la mundialización, conquistó el planeta de manera pacífica, mientras que ésta es percibida como una fuerza que disuelve las identidades nacionales, el fútbol es un cemento que une las nacionalidades con sus banderas y sus himnos. Las copas mundiales hoy son la afirmación de la democracia y los derechos humanos. En el planeta fútbol puede analizarse la actualidad política internacional en su unidad y su diversidad, no hay estados marginados por eso hemos visto a Honduras, Corea del Norte. No hay ninguna parte de la Tierra que se haya podido resistir a la conquista del balón por vía pacífica por el fervor del deporte y no por las armas.
La televisión le ha dado dimensión universal a este deporte, en 1969 fue la mayor concentración de televidentes cuando el hombre dio el primer paso en la Luna, hoy están contemplando los partidos en las pantallas tres mil millones de televidentes además de aquellos que los siguen por la radio y los nuevos medios cibernéticos.
Este deporte es el mayor patrimonio cultural de la humanidad donde la diversidad de pueblos y culturas converge en la unidad del género humano, es de todos y de cada uno, pero cada equipo y cada región tiene su estilo, el fútbol europeo más colectivo; más racional el latinoamericano y el africano más individual y emocional, se dice que los brasileños bailan y acarician el balón, mientras que los asiáticos lo golpean con técnicas marciales y los europeos con escuadras mecánicas.
El fútbol ha vencido perjuicios de sexo, raza, cultura, geografía y religión, en Irán ha sido imposible prohibir el fútbol mientras que los somalíes en su país arriesgan la vida por un partido. En Libia, Gadafi destruyó los estadios, pero permite su práctica porque de acuerdo a su biblia el Libro Verde el deporte es para ejercerlo y no para contemplarlo.
En el fútbol se reconoce y aprecia el arte como encarnación de la cultura, por eso en el siglo XXI se ha constituido en el deporte por excelencia. Del fútbol se puede decir lo que Carlos V decía de su reino, que el sol no se oculta en el imperio del fútbol.
Con palabras de Friedrich Nietzsche se puede decir que en el fútbol se mezcla lo apolinio y dionisíaco de la sociedad, jugadores y espectadores aprecian lo estructural de los movimientos y las formas, pero también el sentido de la emoción y de la energía desbordada. Es una verdadera metáfora de la vida del comienzo y del fin, de la razón y la emoción, de la fuerza y la inteligencia. En él se da el eterno dilema del vencedor y el vencido en el permanente equilibrio de la solidaridad y la agresividad. Este deporte exige todas las cualidades humanas: lo físico y lo intelectual con la fuerza desbordada pero también controlada en estrategias y tácticas, la motivación y la moral en el aspecto psicológico del deporte pero también la técnica y la habilidad sin dejar de lado el azar y la suerte
Este año le correspondió a Sudáfrica ser anfitriona del espectáculo universal, en el 2006 fue Alemania, en el 2002 compartieron escenario Corea y Japón olvidando antiguas rivalidades, en 1998 fue el turno de Francia, antes en 1994 Estados Unidos fue la sede del evento, en 1990 Italia y por segunda vez América Latina con México 1986 ya que el primer Mundial se realizó en 1930 en Uruguay.
Dentro de cuatro años le corresponderá a Brasil, y será una oportunidad más para reafirmar lo que dijo el escritor Albert Camus (1913-1960). "Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".
jcpineda01@gmail.com
http://opinion.eluniversal.com/2010/06/24/opi_art_en-el-planeta-futbol_1946329.shtml
Esta XIX Copa Mundial de Fútbol convocada por la FIFA cada cuatro años, agrupa más estados que las Naciones Unidas.
Los estadios de fútbol son las nuevas catedrales modernas, con el espectáculo religioso y multicultural. En los campos deportivos, por la televisión, la radio y la prensa se establece un verdadero diálogo entre culturas y civilizaciones donde la confrontación no genera víctimas ni daños materiales como en la guerra. El fútbol es el deporte y el juego más popular del planeta, constituye un factor de integración social dentro de los países y entre estados. Es un deporte de lenguaje universal con reglas simples y transparentes, tiene el lado aristocrático de los grandes equipos, pero también se juega entre los pobres de todas las naciones, hombres y mujeres lo practican.
En todos los tiempos y lugares, se ha practicado el juego de la pelota con el pie. De lo sagrado se pasó a lo profano, de lo aristocrático a lo popular. El fútbol es hoy el símbolo de la mundialización, conquistó el planeta de manera pacífica, mientras que ésta es percibida como una fuerza que disuelve las identidades nacionales, el fútbol es un cemento que une las nacionalidades con sus banderas y sus himnos. Las copas mundiales hoy son la afirmación de la democracia y los derechos humanos. En el planeta fútbol puede analizarse la actualidad política internacional en su unidad y su diversidad, no hay estados marginados por eso hemos visto a Honduras, Corea del Norte. No hay ninguna parte de la Tierra que se haya podido resistir a la conquista del balón por vía pacífica por el fervor del deporte y no por las armas.
La televisión le ha dado dimensión universal a este deporte, en 1969 fue la mayor concentración de televidentes cuando el hombre dio el primer paso en la Luna, hoy están contemplando los partidos en las pantallas tres mil millones de televidentes además de aquellos que los siguen por la radio y los nuevos medios cibernéticos.
Este deporte es el mayor patrimonio cultural de la humanidad donde la diversidad de pueblos y culturas converge en la unidad del género humano, es de todos y de cada uno, pero cada equipo y cada región tiene su estilo, el fútbol europeo más colectivo; más racional el latinoamericano y el africano más individual y emocional, se dice que los brasileños bailan y acarician el balón, mientras que los asiáticos lo golpean con técnicas marciales y los europeos con escuadras mecánicas.
El fútbol ha vencido perjuicios de sexo, raza, cultura, geografía y religión, en Irán ha sido imposible prohibir el fútbol mientras que los somalíes en su país arriesgan la vida por un partido. En Libia, Gadafi destruyó los estadios, pero permite su práctica porque de acuerdo a su biblia el Libro Verde el deporte es para ejercerlo y no para contemplarlo.
En el fútbol se reconoce y aprecia el arte como encarnación de la cultura, por eso en el siglo XXI se ha constituido en el deporte por excelencia. Del fútbol se puede decir lo que Carlos V decía de su reino, que el sol no se oculta en el imperio del fútbol.
Con palabras de Friedrich Nietzsche se puede decir que en el fútbol se mezcla lo apolinio y dionisíaco de la sociedad, jugadores y espectadores aprecian lo estructural de los movimientos y las formas, pero también el sentido de la emoción y de la energía desbordada. Es una verdadera metáfora de la vida del comienzo y del fin, de la razón y la emoción, de la fuerza y la inteligencia. En él se da el eterno dilema del vencedor y el vencido en el permanente equilibrio de la solidaridad y la agresividad. Este deporte exige todas las cualidades humanas: lo físico y lo intelectual con la fuerza desbordada pero también controlada en estrategias y tácticas, la motivación y la moral en el aspecto psicológico del deporte pero también la técnica y la habilidad sin dejar de lado el azar y la suerte
Este año le correspondió a Sudáfrica ser anfitriona del espectáculo universal, en el 2006 fue Alemania, en el 2002 compartieron escenario Corea y Japón olvidando antiguas rivalidades, en 1998 fue el turno de Francia, antes en 1994 Estados Unidos fue la sede del evento, en 1990 Italia y por segunda vez América Latina con México 1986 ya que el primer Mundial se realizó en 1930 en Uruguay.
Dentro de cuatro años le corresponderá a Brasil, y será una oportunidad más para reafirmar lo que dijo el escritor Albert Camus (1913-1960). "Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol".
jcpineda01@gmail.com
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