INTRODUCCIÓN
Agradezco profundamente la invitación para intervenir como orador de orden en esta celebración. Creo entender el sentido de la misma, sobre todo la solidaridad que envuelve, considerando la particular situación que he atravesado con relación al régimen imperante y a las delicadas circunstancias que caracterizan la vida nacional de hoy. Esta distinción obliga y compromete a continuar siendo fieles a las enseñanzas recibidas a lo largo de una vida profesional y política intensa y bastante prolongada en el tiempo.
Esta fecha ha sido escogida en honor a Don Cristóbal Mendoza, nacido en Trujillo hace 238 años y primer Presidente de Venezuela, integrando el Triunvirato que gobernó desde el 6 de marzo de 1.811 hasta el 21 de marzo de 1812. Fue Licenciado en Artes y Filosofía de la Universidad de Caracas, Doctor en Derecho Civil y Canónico de
DESAPARECE EL DERECHO
Venezuela vive una de las horas más menguadas e inciertas en dos siglos de existencia independiente. En nombre de un proceso revolucionario que utiliza como coartada el nombre de Socialismo del siglo XXI, desaparece el Derecho como instrumento regulador de la vida en sociedad. De las relaciones de los ciudadanos entre sí, y de estos con el estado-gobierno. Normas elementales y principios indispensables para dar soporte a la vida civilizada y a la estabilidad de las instituciones, son erosionados por una acción desenfrenada que liquida el Principio de
Con la desaparición progresiva del Derecho muere el constitucionalismo. El caso venezolano es dramático. Invito a los estimados colegas presentes a repasar el texto de nuestra Carta Magna. Pueden hacerlo empezando por el Preámbulo y las Disposiciones Fundamentales. Continuemos en cualquiera de sus Títulos y Capítulos, incluidas las Disposiciones Transitorias y comparemos el texto de las lecturas con la realidad actual de cada una de las instituciones. Llegaremos a la conclusión de que en la Venezuela de hoy se ha traicionado el espíritu, el propósito y la razón que animó a los Constituyentistas de
He resistido la tentación de hacer citas concretas del texto constitucional para no alargar exageradamente esta intervención. Tuvo razón el colega
La Constitución de 1999 es perfectible. Tiene errores y omisiones, pero conserva la estructura fundamental de la República democrática y los valores básicos de nuestra nacionalidad. Allí se establece el principio del equilibrio, la separación y la independencia de las distintas ramas del poder. La subordinación del poder militar a la autoridad civil. El pluralismo y
Tratando de entender la verdadera naturaleza del actual proceso, nos encontramos con la adaptación de viejas teorías y doctrinas que han alimentado las actuaciones que se cumplen con criterios totalitarios. Una de ellas se refiere a la revolución como proceso permanente. Es decir, una verdadera revolución no puede estar sometida a normas fijas y estables, no puede ser contenida por la camisa de fuerza que significa el orden jurídico existente. Dejaría de ser una revolución. Se agotaría. Quedaría condenada a desaparecer por la acción de las fuerzas contrarrevolucionarias o por impotencia manifiesta.
En una revolución como esta hay que provocar eso que llamaban “la generación espontánea del Derecho”. Primero van los hechos y después el Derecho para darles soporte, casi siempre transitorio, a la acción revolucionaria que siempre irá hacia delante aunque tenga que imponerse a sangre y fuego. De esta manera, al margen del orden establecido, se construye un nuevo marco jurídico, flexible de acuerdo a los intereses de la revolución, y con relación a nosotros, con una justicia de plastilina y con órganos portátiles para su administración y para el control de la vida política, económica, social y con relación a la seguridad nacional, al ejercicio de la soberanía y a la defensa de la integridad territorial.
Éste es el esquema básico de lo que acontece.
Estimados colegas,
No exagero al afirmar que la República de Venezuela está siendo destruida de manera deliberada y consciente en sus estructuras institucionales básicas, y mediante el desmoronamiento de los principios y valores de la civilización judeo-cristiana que son las raíces mismas de nuestra nacionalidad. El propósito es sustituir la República, como ha existido hasta ahora, por un estado socialista a la cubana que la inmensa mayoría de los venezolanos rechaza, pero que se pretende imponer a toda costa. No es casual que a estas alturas del desarrollo de la humanidad en Venezuela crezca el número de presos y perseguidos políticos, de compatriotas sometidos a humillantes procesos judiciales y policiales, de infinidad de víctimas de una inseguridad de las personas y de los bienes que, como política de estado, garantiza la mayor impunidad a los hampones. Se multiplican, no las expropiaciones en términos legales, sino las confiscaciones prohibidas constitucionalmente, las apropiaciones indebidas calificadas, es decir, los robos descarados a diestra y siniestra.
La única ventaja en medio de la tragedia, es que a pesar de la condición revolucionaria que se atribuyen los protagonistas, son sumamente ineficientes y el exceso de poder político y económico los ha convertido en corrompidos corruptores de
Presenciamos un conflicto creciente entre el Estado-gobierno, aquí están totalmente confundidos- como entidad jurídica y política y la Nación como entidad sociológica, es decir, el territorio y
No nos resignamos a la existencia de una política de estado para reprimir y avanzar en el esquema totalitario criminalizando penalmente la supuesta peligrosidad de los adversarios, a criterio de los detentadores del poder. Rechazamos la insólita legislación que de hecho se construye al margen de la Constitución, convalidada por interpretaciones torcidas y contradictorias de quienes correspondería poner las cosas en su sitio. La Nación, el país nacional, el país real, triunfará pero hay que trabajar muy duro para lograrlo.
El pròximo 26 de septiembre la Nación tendrá una extraordinaria oportunidad para profundizar la lucha democrática eligiendo una nueva Asamblea Nacional. Plural, consciente de todo cuanto hemos señalado, corajuda hasta el infinito para hacer valer los derechos del pueblo y las garantías constitucionales.
No vamos a esa elección ingenuamente. Sabemos que las estructuras electorales están al servicio del régimen. Sus autoridades responden al esquema oficialista, desde la cabeza hasta los pies, que el registro electoral sigue envenenado y que la operación república no es confiable en absoluto. También nos preocupa que con menos votos populares puedan elegirse más diputados, como consecuencia de un sistema perverso producto de un fraude de ejecución progresiva. Espero y aspiro que las fuerzas dedocráticas, conscientes de las dificultades, tomen todas las medidas de hecho y de derecho capaces de reducirlas a su más minima expresión. Es perfectamente posible, sin concesiones ni omisiones indecorosas o sospechosas. La vía electoral debemos agotarla. Los próximos asambleístas, independientemente del número, deben ser guerreros por la liberación de Venezuela luchando para que los objetivos nacionales, contenidos en el Preámbulo de la Constitución sean cumplidos y el país enrumbado de nuevo a tener un Estado de Derecho y de Justicia. Esta es una extraordinaria oportunidad para proclamar ante el mundo y ante nosotros mismo, la irreversible decisión de trabajar para que la dignidad de la persona humana pueda ser concretada, la sociedad civil perfeccionada sin presos ni perseguidos políticos, la soberanía nacional defendida y la integridad territorial garantizada gracias, ante otras cosas a la existencia de una fuerza armada nacional apolítica, no deliberante y al servicio exclusivo de la Nación y no de quienes circunstancialmente controlen los poderes del Estado.
Esta es una reunión de Abogados. Se supone que somos los custodios del orden jurídico. Nuestro apostolado puede conducirnos al sacrificio máximo. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a encabezar el proceso de liberación de Venezuela trascendiendo intereses personales, profesionales o políticos, o nos rendiremos sacrificando el futuro de nuestros hijos y nietos? Todos tenemos la palabra.
RESTITUIR EL ESTADO DE DERECHO
Con esta intervención he querido resaltar la importancia de la vigencia de
ALGUNAS REFLEXIONES FINALES
Por encima de las dificultades de la vida diaria, del ejercicio activo de la profesión con sus características de incertidumbre por la ajuricidad reinante, de los problemas familiares y laborales, por encima de todo y de todos, quienes hemos sido formados conforme a Derecho, no podemos vacilar.
Pensemos siempre en los miles de jóvenes estudiantes de Derecho, futuros abogados, especialistas en ciencias jurídicas y sociales. Las dificultades de los profesores para la enseñanza en el aula contrastada con la realidad pueden generar muchas confusiones y desviaciones. Ante ese peligro real se necesita del temple y del ejemplo de los verdaderos abogados, que entienden el ejercicio como un verdadero apostolado al servicio de
Concluyo haciendo una invocación muy especial a San Ivo, Santo Patrono de los abogados del mundo entero. Nació en Bretaña, Francia, en 1303. Fue abogado, juez la mayor parte de su carrera y gran conciliador. Con firmeza y prudencia extendió su prestigio hasta donde alcanzaba la vida de entonces. Termino su vida como sacerdote católico y milagroso. Según una de sus muchas anécdotas, la gente logro que en su tumba se escribiera:
San Ivo era bretón.
Era abogado y no era ladrón.
Santo Dios: ¡que admiración!
Al agradecer, una vez más, este gesto del Colegio de Abogados, pido a todos que miremos el futuro de Venezuela con optimismo. A pesar de todo, vientos de cambio soplan con fuerza en la dirección correcta. Nada ni nadie podrá detener el empuje de la Venezuela libertaria, dispuesta a sostener y defender, a cumplir y hacer cumplir, la Constitución y leyes de
Que Dios bendiga, sin límites, a los abogados de Caracas y de Venezuela.
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