Martes, 22 de junio de 2010
Por primera vez, Chávez sale a la palestra internacional para defender y no para promover su revolución. ¿Por qué? Debido al obvio deterioro a escala internacional de la imagen de su socialismo del siglo XXI, con un país desabastecido y con la inflación más alta del continente, el Presidente venezolano resolvió otorgar entrevistas exclusivas a periodistas de los medios más respetados de la prensa anglosajo na. La razón para someterse a un tette a tette con periodistas reconocidos no es otra que la percepción internacional de que todo este experimento bolivariano no tiene nada de original y ha resultado ser un tremendo fracaso: un manojo de ideas viejas escondidas detrás de un boom petrolero que ha terminado.
Luego de once años de expectativas, la gran mayoría de los socialistas inteligentes que creyeron en Chávez ha llegado a la conclusión de que su novedosa revolución es lo mismo que vieron en la Europa comunista y fracasó. Chávez lo intuye y por eso sale a defenderse.
En el mundo que admira y que ya no lo invita, la convicción es que no hay nada qué aprender de su experimento.
Acostumbrado a sus interminables monólogos y a la compañía de sus focas, las entrevistas con los periodistas Sackur de la BBC y Garran del Financial Times lo incomodaron, pero lo obligaron a definirse en su radicalismo.
Sobre su radicalismo, confesó que hace once años era un iluso que creía en la Tercera Vía pero que ahora piensa que es una farsa, pues en el capitalismo es imposible la democracia. Enfatizó en que somos un país libre y que enfrentará decisiones de la ONU contra Irán.
Con respecto a sus aspiraciones de quedarse en el poder, dijo: "Fidel tiene toda la vida en esto, yo sólo la mitad de la mía". Se indignó visiblemente ante preguntas sobre el encarcelamiento de sus oponentes políticos, como Isaias Baduel y Oswaldo Álvarez Paz. Interesante verlo agresivo y molesto sobre el caso de OAP y contestar, como el autócrata que es: "Ese señor estuvo preso unos días". Se le olvidó a Chávez que las respuestas que descalifican al mensajero, en vez de argumentar el mensaje, lo descalifican más a él.
Chávez sabe manipular con medias verdades. Dijo que cuando llegó al poder el desempleo era de 20% y que la revolución lo había bajado a 8%.
Lo cierto es que cuando tomó el poder en febrero de 1999 el desempleo estaba en 15% y luego lo subió a 20% en 2003 y 2004 antes de que se cuadruplicaran los ingresos petroleros y antes de que cambiaran las estadísticas e incluyeran como empleados a los participantes de las misiones. Es decir, para defender su revolución compara mangos con cocos.
A un público acostumbrado a inflaciones de un dígito, trató de explicarle que Venezuela tiene la inflación más alta del continente y un desabastecimiento rampante, con el pobre argumento de que tenemos una inflación menor de la que tuvo el país cuando el petróleo estaba por debajo de 10 dólares el barril. También dijo: Nosotros no crecemos por culpa del capitalismo mundial. Pero lo cierto es que Estados Unidos y toda América Latina crecen mientras nosotros nos derrumbamos. En vez de demostrar la superioridad del socialismo del siglo XXI comparándolo con sus alternativas, sólo comparó la Venezuela de hoy con un petróleo a 75 dólares el barril ¬y luego de haber malgastado los ingresos del mayor boom petrolero de nuestra historia¬ con la Venezuela de los 90, cuando el petróleo estaba en 10 dólares. Para una audiencia internacional, éste es un argumento muy débil y para quien lo escuchó con objetividad, muy poco convincente. Chávez salió en defensa de la revolución, pero definitivamente no convenció.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5729582.asp
No hay comentarios:
Publicar un comentario