Chávez es un hombre global. Un “capitalista” con pensamiento amplio que no tiene fronteras. Su terruño se le quedo pequeño y decidió que su acción la ejercería a nivel global. Ayudar a otros países, diferentes del nuestro, se convirtió en una necesidad.
La semana pasada anunció que importaríamos 300.000 unidades de línea blanca desde China, para ser vendida en los mercados socialistas. Léase bien, importadas desde China. Hace un par de meses que están llegando al país unos 3000 vehículos 4×4, importados desde la Toyota de Japón, para uso del Gobierno. No se produjeron en la planta de Cumaná, el Gobierno los quería importados. Esos carros y esos electrodomésticos alimentan a obreros de fábricas asiáticas, en lugar de pagar mano de obra venezolana. Toda una maroma de la revolución que habla de ferviente nacionalismo, independencia, soberanía y progreso criollo.
Azúcar guatemalteca, brasilera y dominicana, vaquillas nicaragüenses, vehículos iraníes que no terminan de ensamblar y vehículos armados desde Argentina y Ecuador, en lugar de promover la producción en Venezuela, lentejas desde el Canadá, atún ecuatoriano, gasolina brasilera para completar la que ahora no producimos por problemas operativos de nuestras refinerías. Soya, pollos, caraotas, carne desde Brasil, Uruguay y Argentina, computadoras portuguesas, bombillos vietnamitas, carros rusos marca Lada, fusiles, helicópteros y aviones de combate rusos, tractores bielorrusos e iraníes, leche de larga duración ecuatoriana. Lanchas patrulleras españolas. Maestros, militares, empleados para los Registros, supervisores sanitarios, entrenadores deportivos, escoltas presidenciales y médicos cubanos. Maquinas para la salud de la holandesa marca Phillips, importadas de Cuba, así como generadores eléctricos de esa caribeña isla. Palanquillas de acero, para que Sidor las convierta en cabillas, que la ineficiencia guayanesa en manos del estado, dejo de producir. Zapatos chinos, coreanos y brasileros que antes producíamos en Catia, de la mano de artesanos que hicieron historia. Herramientas agrícolas que dejaron de producirse en las zonas industriales aragüeñas de Villa de Cura y San Vicente. Medicamentos cubanos. Leche en polvo. Productores de cine gringos, para producir películas “Made in Venezuela”. Teléfonos celulares desarmados, para llamarlos “vergatarios” una vez que se ensamblan en nuestro país. Plataformas de extracción de gas fabricadas en Singapur, desechadas en Trinidad y negociadas para importar a Venezuela por operadores hindúes. Ingeniería de puentes brasilera y construcción pesada marca Odebrecht, despreciando la ingeniería venezolana que ha demostrado altísima calidad en tiempos pasados, incluyendo la construcción del puente que une a La Guaira con Caracas, en tiempo record. Constructores iraníes y chinos para fabricar casas en Venezuela.
Importaremos, según resolución del pasado nueve abril; Gasoil, fuel oíl y gas natural para producir energía eléctrica. El colmo de todos los colmos. Lo que nunca sucedió. Chávez también está “importando” dólares americanos desde Japón, China y Rusia, por la vía de comprometer nuestro petróleo a futuro, a cambio de préstamos en divisas.
Este fin de semana anunció que suspenderíamos las exportaciones de materias primas de aluminio y hierro desde Guayana, pues al país no le conviene. A esta vaina la seguimos llamando país. Patria, socialismo ¡importaremos!
http://www.noticierodigital.com/2010/05/chavez-import-corporation/
No hay comentarios:
Publicar un comentario