Pese a que el fallecido político pertenecía a la oposición, Rousseff agregó que Brasil sentirá su falta y transmitió sus pésames a la familia y a los amigos.
El gobierno ofreció el Palacio presidencial de Planalto como local para el velatorio, pero los allegados de Franco aclararon que, antes de morir, había pedido que las exequias se realicen en Juiz de Fora, ciudad del estado de Minas Gerais en la que desarrolló su carrera política.
Tras esa ceremonia, el cuerpo será trasladado a Belo Horizonte para ser velado también en el Palacio de la Libertad, la sede de la gobernación.
Además de haber sido alcalde de Juiz de Fora en dos oportunidades, Franco fue gobernador de Minas Gerais entre 1999 y 2003.
El ex jefe de Estado, que llegó a ese cargo tras la dimisión de Fernado Collor de Mello en octubre de 1992 a quien había acompañado en la fórmula presidencial, era tratado desde el 21 de mayo pasado de leucemia y de una neumonía aguda.
Además de garantizar la transición constitucional del poder en Brasil tras una de las mayores crisis políticas en su historia, aseguró la estabilidad económica con su Plan Real, el programa que le puso fin en 1994 a décadas de hiperinflación.
El también ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo gobierno fue inicialmente apoyado por Franco pero después combatido, calificó al ex gobernante como "un gran demócrata". "Incluso en momentos de divergencia política mantuvimos una relación de profundo respeto y diálogo", afirmó en un comunicado.
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