A fines de los 80´s muchos veían con extrañeza la afición del joven Mario a pasar largas horas sentado frente a las luminosas pantallas de esas raras máquinas que eran los primeros ordenadores. Las redacciones informativas españolas, bulliciosas y ajetreadas, aún no se acostumbraban a esos silenciosos aparatos que se atrevían a amenazar el imperio de las máquinas de escribir. Curioso por naturaleza Mario Tascón supo vislumbrar en los primitivos software de bases de datos y aquellos armatostes de silicón el futuro que cambiaría el discurso informativo. Menos de una década después, en 1994, creó elmundo.es con la ayuda de dos estudiantes, un director técnico que no cobró durante un semestre y varios computadores prestados. En pocos meses este portal digital se convertiría en referencia obligada para la incipiente escena periodística digital de Latinoamerica.
“Ya en 1989 estaba haciendo unas versiones de hipertextos con un programa de Macintosh que eran los primeros antecedentes de los periódicos web y a mediados de los noventa, cuando la web se abrió, todo cambió. La diferencia fundamental entre mis intereses y los de otros periodistas es que tenía curiosidad por ver aquello; la intuición me decía que allí podía estar el futuro”, explica con una amplia sonrisa.
Si, como Malcolm Gladwell propone en Fueras de serie, el genio obedece a la combinación de una serie de factores e intereses especiales como accesibilidad a nuevas tecnologías, inteligencia emocional y temprano entrenamiento calificado muchos no dudarían en ver a Mario Tascón como un ejemplo de ello.
Años después de sus primeras incursiones en la web este gurú de la información digital realiza labores de consultoría con su compañía Prodigioso Volcán aparte de dirigir el Manual del Español para internet, redes sociales y nuevos medios de la Fundación del Español Urgente.
La semana pasada hizo un alto en su agitada agenda para visitar Caracas y participar en el Seminario de Diseño de la Información 2011 donde fue uno de los ponentes más celebrados. Amante de la síntesis, tan en boga en estos tiempos, aseveró sobre su intervención: “Creo que estamos en plena transición por lo que se debe producir una necesaria modificación de las capacidades que necesita tener un periodista. Hoy no se le puede concebir sin un manejo básico de determinadas herramientas como e-mail, conexión a internet o la capacidad de hacer una búsqueda. Esto que hoy parece obvio hace 10 años no lo era, por ello la exigencia debe ser mayor”.
- A su juicio ¿Cuáles son los obstáculos más importantes en la formación de los periodistas multimedia?
El uso de las nuevas tecnologías, las capacidades de desarrollo de estos lenguajes en los medios de reciente aparición y la introducción de elementos multimedia en el discurso narrativo son elementos que despiertan la resistencia natural ante lo nuevo. Sin embargo se ha producido un fenómeno que es la exagerada exigencia al periodista multimedia que, en el peor de los casos, logra la amauterización de los contenidos. Un periodista no puede hacer bien una locución, las ediciones gráficas, videográficas y además escribir como García Márquez porque es imposible. Es cierto que debemos tener unos conocimientos amplios de todas las disciplinas pero exigir hacer bien tantas cosas me parece exagerado.
- Grandes medios tradicionales han tenido dificultades en migrar muchos de sus modelos informativos a la escena digital ¿Hacia dónde va esta diatriba entre las plataformas nativas y los medios clásicos?
Eso tiene relación con los problemas de integración redaccional que sufren muchos diarios. En una guerra no hay peor enemigo que el que no tiene nada que perder y Huffington Post, por ejemplo, ganó ante el miedo de los medios convencionales que sí tienen mucho que perder y son más conservadores en sus apuestas. Lo que te funciona en papel no necesariamente te va a llevar al éxito en web y no me estoy refiriendo a la ética periodística, ni a los valores porque esas cosas son transversales. Pero la incorporación de los usuarios al discurso periodístico es algo que al medio clásico le cuesta mucho y vencer eso determinará el futuro.
-Situaciones como las que describe inquietan a muchos profesionales y lectores ¿Se atreve a predecir el siguiente paso en este proceso de transición?
Yo no podría asegurar que se va a acabar el periodismo impreso, ahora, que va a desaparecer como lo conocemos es algo que ya está pasando. Los diarios de papel reducen sus tiradas a excepción de algunas zonas puntuales donde hubo un crecimiento del PIB y la clase media que consume papel prensa repuntó pero es evidente que la tendencia es a la baja. Yo no sería capaz de predecir una desaparición, lo que sí es evidente es la presencia de otros jugadores y las cifras en aumento del consumo de internet.
La última frontera
-¿Cree, como otros expertos, que esta coyuntura sólo replica los patrones de pasadas innovaciones tecnológicas como la radio y televisión que terminaron coexistiendo?
Coexistirán pero, como pasó con la radio y la televisión, se va a tener que reconfigurar el ecosistema completo. No podemos decir que todo va a seguir igual porque no es cierto. Todo el planeta-media se tiene que adaptar a los nuevos habitantes que hay en el barrio, existen fuertes competidores de los antiguos medios y eso va a traer cambios inevitables en el panorama.
-¿Qué le diría a los periodistas que ven con aprensión estos cambios y se sienten fuera de lugar?
Se supone que los periodistas debemos aprender a usar esas herramientas y hacerlo mejor que un neófito. Hay que dejar el miedo a un lado. De hecho creo que está siendo así porque, si nos remitimos a Twitter, muchos de los usuarios más activos e influyentes son periodistas junto a las celebridades del espectáculo, deportivas y políticas. Si nuestra herramienta es el lenguaje pues tiene lógica que lo cuidemos y hagamos grandes esfuerzos por ser ingeniosos y comunicarnos de la mejor manera. Debemos hacer la diferencia.
-Otro aspecto controversial ha sido la implantación de códigos de conducta (Wall Street Journal) y regulaciones (Folha de Sao Paulo) para los periodistas de ciertos medios de comunicación ¿Cuál es su posición ante esto?
No aplicaría otra norma que el uso del sentido común porque las redes sociales son un reflejo de la vida. Debemos diferenciar nuestras actuaciones en esos medios como lo hacemos, en general, al asumir roles de hermanos, amigos, padres y profesionales porque hay que saber comportarse. Los medios sociales no son un bar al que vas a desahogarte como periodistas debemos estar conscientes de que lo que escribimos va a ser público. Siendo conscientes de eso debería haber libertad para hacer buen uso de estas herramientas. Lo que pasa es que hay periodistas que no usan el sentido común cuando escriben en Internet y eso es grave porque se ponen a lavar sus trapos sucios en público, cosa que no tiene sentido.
El reto de las “neolenguas”
-Como director del Manual del Español para internet, redes sociales y nuevos medios ¿Cree que es posible preservar el buen uso del idioma ante la avalancha de cambios que se proponen en estos medios?
Estos cambios se visualizan más fácilmente que en otras épocas porque ahora es más sencillo acceder a la escritura, el desarrollo de lenguajes y nuevas narrativas en Internet porque no hay distancias físicas. Ahora mismo, con mucha facilidad, puedo saber lo que está haciendo cualquier persona en España, México o California y eso es una novedad que le otorga mayor fluidez al lenguaje porque todos influimos.
Los nuevos medios están haciendo modificaciones puntuales en la escritura porque la brevedad del Twitter o el estado en Facebook pareciera que determinan agendas. Eso no quiere decir que algunas cuestiones relacionadas con esa brevedad salten de manera automática a otros escritos. No es lo mismo usar una abreviatura en Twitter y luego usarla en un diario o un libro. Uno debe saber distinguir los canales porque el medio condiciona y de eso se trata este manual.
-A los jóvenes estudiantes o colegas que recién se inician en este oficio ¿Qué consejos suele darles?
Lo primero que hago es animarles porque creo que el periodismo sigue siendo una bonita profesión, un oficio artesanal muy interesante y si sus vocaciones los han llevado a eso no deben desanimarse por esta transición. Creo que tienen muchísimas oportunidades de inventarse un medio. Este es un campo en el que todo está por inventarse, aunque llevo años en él, me siguen sorprendiendo muchísimas cosas. Hace cuatro años nadie hablaba de las redes sociales, ni me imaginaba el Twitter y hoy es una de las tecnologías que más rápido crece. Venezuela es uno de los países que más la usa en el mundo y hace tres años muy pocos hablaban del microblogging en este país.
-Si en este instante le pidiesen concebir la creación de un nuevo medio informativo ¿Cuáles serían los elementos que resaltaría?
La creación de un diario en este mundo digital debe hacerse desde varios puntos de vista. Lo primero es tener en cuenta a los lectores, no puedes hacer un medio que no incluya de una manera fuerte a la comunidad que pretendes servir. Uno de los primeros mandamientos es oír a los lectores desde el principio, clasificarlo como un medio social de alguna forma. Lo segundo es más clásico: generar un planteamiento editorial interesante y proactivo que demuestre por qué van a leerlo a Usted y no a otro. Para conseguir esa audiencia y tener esa apuesta editorial deben adaptarse a las herramientas tecnológicas que los recursos financieros les permitan conseguir. Rodearse de talentos que puedan escribir informaciones que otros no o que los sepan cocinar de manera diferente son estrategias clásicas que siempre serán vigentes.
-Como lector ¿Qué le pide Mario Tascón a un portal informativo la primera vez que lo consulta?
Básicamente que tenga información que me interese, así de sencillo me llega. El diseño, la forma y la usabilidad me importan mucho menos que los datos y las historias que deseo conocer. Saber contarlas bien es lo otro que exijo.
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Foto: Imagen de Uemcom.es
Fuente: Prodavinci
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